Parece que con Internet cada día que pasa valoramos menos nuestra privacidad, pero es un elemento muy importante. Te damos algunos consejos para mantener a salvo tu vida privada de ojos más curiosos de la cuenta...
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| Privacidad Internet |
Desde el nacimiento de Internet, una de las mayores preocupaciones asociadas a la red de redes ha sido la salvaguarda de nuestra privacidad: nuestro ordenador es ahora una puerta al mundo, y las puertas siempre son tanto de entrada como de salida... Pero esta preocupación es aún mayor con la explosión de las redes sociales: hasta no hace muchos años, el mayor peligro para la seguridad online era que alguien entrara en nuestro ordenador o en nuestro correo electrónico y obtuviera información privada nuestra; ahora nosotros mismos publicamos esa información, a menudo sin pensar dos veces las consecuencias que ello puede tener.
No se trata de ponernos apocalípticos ni amarillistas sin sentido: no es que todos corramos peligro por el mero hecho de estar en Facebook. Se trata, sencillamente, de decidir con cuidado qué información publicamos y para quién la hacemos pública. Enfoquémoslo con otro punto de vista: ¿le contarías a un perfecto desconocido en la calle a dónde te vas a ir de vacaciones y qué días estará vacía tu casa? ¡Pues tampoco lo pongas en Twitter!
Los consejos básicos de privacidad son de sentido común, pero a menudo se nos olvidan: no caemos en la cuenta de que, por mucho que colguemos algo de una pequeña página de Internet que casi no tiene visitas, potencialmente nos ponemos al alcance de mucha más gente que gritando en plena calle. No vamos a enumerar casos curiosos de patinazos en redes sociales porque han protagonizado muchos titulares: desde ladrones detenidos por publicar en Facebook fotos mientras robaban una casa a personas que han perdido su trabajo por colgar fotos de juerga cuando se suponía que estaban de baja...
Facebook, la red social más utilizada en todo el mundo, ofrece diferentes configuraciones de privacidad para asegurarnos en todo momento de que la información que publicamos sólo llega a las personas que nosotros deseamos. Lo mismo ocurre en Google+ gracias al sistema de círculos; Twitter, sin embargo, sólo ofrece la opción de proteger todos nuestros tweets de forma global para que sólo los lean nuestros seguidores, que deberán ser aceptados uno a uno. Así pues, una vez tengamos bien configurada la privacidad sólo nos queda tener muy claro qué contenidos son seguros para poner en público y cuáles es mejor idea publicar sólo para personas cercanas. Vamos a empezar por esto último, y después os contaremos cómo ajustar la configuración de privacidad en distintas redes sociales.
No se trata de ponernos apocalípticos ni amarillistas sin sentido: no es que todos corramos peligro por el mero hecho de estar en Facebook. Se trata, sencillamente, de decidir con cuidado qué información publicamos y para quién la hacemos pública. Enfoquémoslo con otro punto de vista: ¿le contarías a un perfecto desconocido en la calle a dónde te vas a ir de vacaciones y qué días estará vacía tu casa? ¡Pues tampoco lo pongas en Twitter!
Los consejos básicos de privacidad son de sentido común, pero a menudo se nos olvidan: no caemos en la cuenta de que, por mucho que colguemos algo de una pequeña página de Internet que casi no tiene visitas, potencialmente nos ponemos al alcance de mucha más gente que gritando en plena calle. No vamos a enumerar casos curiosos de patinazos en redes sociales porque han protagonizado muchos titulares: desde ladrones detenidos por publicar en Facebook fotos mientras robaban una casa a personas que han perdido su trabajo por colgar fotos de juerga cuando se suponía que estaban de baja...
Facebook, la red social más utilizada en todo el mundo, ofrece diferentes configuraciones de privacidad para asegurarnos en todo momento de que la información que publicamos sólo llega a las personas que nosotros deseamos. Lo mismo ocurre en Google+ gracias al sistema de círculos; Twitter, sin embargo, sólo ofrece la opción de proteger todos nuestros tweets de forma global para que sólo los lean nuestros seguidores, que deberán ser aceptados uno a uno. Así pues, una vez tengamos bien configurada la privacidad sólo nos queda tener muy claro qué contenidos son seguros para poner en público y cuáles es mejor idea publicar sólo para personas cercanas. Vamos a empezar por esto último, y después os contaremos cómo ajustar la configuración de privacidad en distintas redes sociales.
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| Privacidad Facebook |
Tres precauciones mínimas para la información pública
Para empezar, nunca publiques en abierto datos como la dirección de tu casa o tu teléfono móvil. Se trata de información sensible con la que es fácil localizar a cualquier persona, y además de eso te pones al alcance de la incómoda publicidad no deseada (sea en tu buzón o en forma de llamadas a deshoras). Claro está que de todas formas podrías seguir recibiendo llamadas de publicidad... ¡pero al menos que no puedan alegar si denuncias a la Agencia de Protección de Datos que tú mismo has hecho público tu teléfono! Además: cualquiera puede tener la desgracia de sufrir un robo en casa, pero al menos no se lo pongamos fácil a los ladrones diciendo que te vas de vacaciones y dónde está tu casa...
En segundo lugar, cuidado con lo que dices sobre tu trabajo: recuerda que si publicas algún disparate sobre tus jefes, ¡ellos también podrán leerlo! Y en diversas sentencias se ha considerado ya motivo de despido procedente... Además, mucho ojo con las fotos que publicas de tu tiempo de ocio (luego te explicaremos cómo evitar etiquetados automáticos de otras personas): en algunas empresas ya se están utilizando las redes sociales para saber más sobre candidatos a puestos de trabajo, esas fotos de madrugada en las fiestas de tu pueblo quizá no sean la mejor imagen pública para ti...
En tercer lugar, si tienes hijos menores de edad piénsatelo muy bien antes de colgar sus fotos en Internet sin protección. De hecho, nosotros te recomendamos que no subas nunca fotos de un niño, y si lo haces bórrales la cara; y enséñales a ellos, si ya están en redes sociales, la importancia de cuidar de su privacidad y no subir sus fotos. La privacidad, en el caso de los menores, es aún más importante que en los adultos (¡piensa que los medios de comunicación no podemos sacar fotos de un menor sin autorización expresa!). Enséñales también que, en caso de que cualquier persona les insulte, acose o pida más fotos (sobre todo si es una persona desconocida) deben pediros consejo antes de hacerlo: hay mucho desalmado suelto, y los niños no tienen la capacidad de enfrentarse a los problemas de los adultos..
En general, el consejo es bien sencillo: antes de publicar algo en redes sociales de forma totalmente pública, piensa en esto durante un segundo: si te preguntaran en la calle para un reportaje de la televisión por ese mismo dato, ¿lo contarías abiertamente? ¿Lo dirías en el trabajo? Si la respuesta es sí, adelante. Si no es así, ¡no lo publiques, o hazlo de forma privada sólo para tus amigos!
Para empezar, nunca publiques en abierto datos como la dirección de tu casa o tu teléfono móvil. Se trata de información sensible con la que es fácil localizar a cualquier persona, y además de eso te pones al alcance de la incómoda publicidad no deseada (sea en tu buzón o en forma de llamadas a deshoras). Claro está que de todas formas podrías seguir recibiendo llamadas de publicidad... ¡pero al menos que no puedan alegar si denuncias a la Agencia de Protección de Datos que tú mismo has hecho público tu teléfono! Además: cualquiera puede tener la desgracia de sufrir un robo en casa, pero al menos no se lo pongamos fácil a los ladrones diciendo que te vas de vacaciones y dónde está tu casa...
En segundo lugar, cuidado con lo que dices sobre tu trabajo: recuerda que si publicas algún disparate sobre tus jefes, ¡ellos también podrán leerlo! Y en diversas sentencias se ha considerado ya motivo de despido procedente... Además, mucho ojo con las fotos que publicas de tu tiempo de ocio (luego te explicaremos cómo evitar etiquetados automáticos de otras personas): en algunas empresas ya se están utilizando las redes sociales para saber más sobre candidatos a puestos de trabajo, esas fotos de madrugada en las fiestas de tu pueblo quizá no sean la mejor imagen pública para ti...
En tercer lugar, si tienes hijos menores de edad piénsatelo muy bien antes de colgar sus fotos en Internet sin protección. De hecho, nosotros te recomendamos que no subas nunca fotos de un niño, y si lo haces bórrales la cara; y enséñales a ellos, si ya están en redes sociales, la importancia de cuidar de su privacidad y no subir sus fotos. La privacidad, en el caso de los menores, es aún más importante que en los adultos (¡piensa que los medios de comunicación no podemos sacar fotos de un menor sin autorización expresa!). Enséñales también que, en caso de que cualquier persona les insulte, acose o pida más fotos (sobre todo si es una persona desconocida) deben pediros consejo antes de hacerlo: hay mucho desalmado suelto, y los niños no tienen la capacidad de enfrentarse a los problemas de los adultos..
En general, el consejo es bien sencillo: antes de publicar algo en redes sociales de forma totalmente pública, piensa en esto durante un segundo: si te preguntaran en la calle para un reportaje de la televisión por ese mismo dato, ¿lo contarías abiertamente? ¿Lo dirías en el trabajo? Si la respuesta es sí, adelante. Si no es así, ¡no lo publiques, o hazlo de forma privada sólo para tus amigos!
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| Configurar privacidad |
Cómo configurar tu privacidad en las redes sociales
Cada red social tiene sus propias opciones de configuración de privacidad; y dado que hay docenas de ellas, explicarlas todas nos llevaría demasiado tiempo. Vamos a centrarnos pues en las tres más conocidas ahora mismo: Twitter, Google+ y Facebook. En el caso de Twitter, la única posibilidad que tenemos para garantizar nuestra privacidad es convertirla en una cuenta protegida. Para ello basta con entrar en la Configuración de nuestra cuenta (el icono que hay arriba a la derecha, al lado del de publicar un tweet). En la opción Cuenta del menú encontrarás una lista de opciones: si marcas la casilla de "Proteger mis tweets", sólo tus seguidores podrán leer tu timeline (y tendrás que aceptarlos uno a uno manualmente cuando alguien quiera seguirte). Además, te recomendamos desmarcar la casilla "Añade una ubicación a mis Tweets" para evitar que Twitter indique dónde estás físicamente al tuitear (esto es posible si tuiteas desde un smartphone gracias a su GPS).
La red social cuya privacidad es más fácil de configurar es Google +, la red del buscador más famoso del mundo. El mismo sistema de Google+ está pensado para que de forma muy intuitiva podamos decidir quién ve cada actualización: y es que al añadir a cada amigo lo podemos incluir en distintos círculos creados a tal efecto con las etiquetas que queramos (Familia, Trabajo, Amigos...). Para crear un círculo y gestionar nuestras amistades, entra en Google+ y observa la barra de menú de la izquierda: verás una opción llamada "Círculos". Una vez en ella todos tus contactos aparecerán como iconos con sus fotos en la parte superior de la pantalla; en la inferior verás los distintos círculos de tu cuenta. Para crear uno nuevo basta con arrastrar un contacto al círculo en blanco; nos aparecerá la opción "Crear círculo", y ya podremos ponerle el nombre que nos interese. Y a la hora de publicar una actualización, bajo el recuadro de texto hay un menú desplegable: al hacer click en el ratón podremos seleccionar si queremos que dicha actualización sea pública o sólo para los círculos que elijamos.
En el caso de Facebook, las posibilidades de configuración de privacidad son bastante más complejas. Entra en el menú de opciones (basta con hacer click en la flecha que hay junto a Inicio, arriba a la derecha de la pantalla) y selecciona "Configuración de la privacidad". Aquí encontrarás la sección de privacidad: para empezar, elige si quieres que tus actualizaciones sean por defecto públicas, sólo para amigos o con una configuración personalizada: amigos, amigos de amigos, sólo para determinada red, para todos excluyendo a determinadas personas... También puedes seleccionar en "Cómo conectas" quiénes y cómo pueden buscarte en Facebook (por tu nombre, por tu cuenta de correo, de ninguna forma...), gestionar cómo quieres que sean todas tus actualizaciones previas al momento de reconfigurar tu privacidad, bloquear la publicidad y las aplicaciones externas y, casi lo más importante, impedir que pueda etiquetársete en una foto sin permiso. Para esto último, edita la configuración de "Perfil y etiquetado" y selecciona como mejor te parezca quiénes pueden etiquetarte y publicar en tu muro.
Cada red social tiene sus propias opciones de configuración de privacidad; y dado que hay docenas de ellas, explicarlas todas nos llevaría demasiado tiempo. Vamos a centrarnos pues en las tres más conocidas ahora mismo: Twitter, Google+ y Facebook. En el caso de Twitter, la única posibilidad que tenemos para garantizar nuestra privacidad es convertirla en una cuenta protegida. Para ello basta con entrar en la Configuración de nuestra cuenta (el icono que hay arriba a la derecha, al lado del de publicar un tweet). En la opción Cuenta del menú encontrarás una lista de opciones: si marcas la casilla de "Proteger mis tweets", sólo tus seguidores podrán leer tu timeline (y tendrás que aceptarlos uno a uno manualmente cuando alguien quiera seguirte). Además, te recomendamos desmarcar la casilla "Añade una ubicación a mis Tweets" para evitar que Twitter indique dónde estás físicamente al tuitear (esto es posible si tuiteas desde un smartphone gracias a su GPS).
La red social cuya privacidad es más fácil de configurar es Google +, la red del buscador más famoso del mundo. El mismo sistema de Google+ está pensado para que de forma muy intuitiva podamos decidir quién ve cada actualización: y es que al añadir a cada amigo lo podemos incluir en distintos círculos creados a tal efecto con las etiquetas que queramos (Familia, Trabajo, Amigos...). Para crear un círculo y gestionar nuestras amistades, entra en Google+ y observa la barra de menú de la izquierda: verás una opción llamada "Círculos". Una vez en ella todos tus contactos aparecerán como iconos con sus fotos en la parte superior de la pantalla; en la inferior verás los distintos círculos de tu cuenta. Para crear uno nuevo basta con arrastrar un contacto al círculo en blanco; nos aparecerá la opción "Crear círculo", y ya podremos ponerle el nombre que nos interese. Y a la hora de publicar una actualización, bajo el recuadro de texto hay un menú desplegable: al hacer click en el ratón podremos seleccionar si queremos que dicha actualización sea pública o sólo para los círculos que elijamos.
En el caso de Facebook, las posibilidades de configuración de privacidad son bastante más complejas. Entra en el menú de opciones (basta con hacer click en la flecha que hay junto a Inicio, arriba a la derecha de la pantalla) y selecciona "Configuración de la privacidad". Aquí encontrarás la sección de privacidad: para empezar, elige si quieres que tus actualizaciones sean por defecto públicas, sólo para amigos o con una configuración personalizada: amigos, amigos de amigos, sólo para determinada red, para todos excluyendo a determinadas personas... También puedes seleccionar en "Cómo conectas" quiénes y cómo pueden buscarte en Facebook (por tu nombre, por tu cuenta de correo, de ninguna forma...), gestionar cómo quieres que sean todas tus actualizaciones previas al momento de reconfigurar tu privacidad, bloquear la publicidad y las aplicaciones externas y, casi lo más importante, impedir que pueda etiquetársete en una foto sin permiso. Para esto último, edita la configuración de "Perfil y etiquetado" y selecciona como mejor te parezca quiénes pueden etiquetarte y publicar en tu muro.
Fuente: Vadejuegos
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